miércoles, 23 de noviembre de 2011

Con esto me conformo…

(O cómo hacer el balance de éxito, confiabilidad y tiempo en Búsquedas Académicas)

Vivimos en un mundo saturado de información, donde conseguirla es fácil si nos conformamos con cualquier cosa. Pero para encontrar información adecuada necesitamos filtrar entre la masa de información disponible en Internet (donde hay de todo) aquélla que sea especializada, fiable, rigurosa, actualizada y además relevante para nosotros.

Cuando buscamos en internet información científica, no queda otro remedio que ser metódicos y rigurosos: no estamos navegando por diversión, sino para aprender y para hacer trabajos en los que nuestros profesores nos exigen usar documentación seria. Así que debemos cerciorarnos de que entre todo lo que nos encontramos elegimos lo que realmente nos conviene y es de calidad.

Por eso debemos discriminar, distinguir, seleccionar, evaluar la información al menos en dos momentos: al elegir las herramientas de búsqueda (antes de buscar) y al elegir los resultados, páginas, datos, documentos (después de buscar).

Hay que aprender a usar las herramientas antes de buscar, no precipitarse (porque las búsquedas a veces llevan bastante tiempo) y pensar la estrategia de búsqueda. Respecto de esto, antes de buscar debemos estudiar qué términos usar, qué variantes o sinónimos o conceptos relacionados, en qué orden, cómo combinarlos, si rastrear mediante frases o truncando, etc. Cuanto más desarrollada y elaborada es la estrategia, más específicos serán los resultados.

Las búsquedas tienen varios pasos, es necesario primero averiguar dónde buscar, después buscar, luego corroborar o contrastar, más tarde seleccionar, y finalmente recopilar la información. A veces encontramos primero las referencias y luego los documentos completos. También puede suceder que las referencias estén en un tipo de buscador (genérico) y los documentos completos en otro tipo de buscador (bases de datos especializadas o académicas, que a lo mejor no están fácilmente a nuestro alcance porque son pagas o por suscripción.

Aquí van algunas recomendaciones que circulan en los ámbitos académicos acerca de las búsquedas en Internet:


• Lo primero que nos tenemos que preguntar es si el contenido de la página en cuestión nos resulta relevante y pertinente para lo que buscamos. Es relevante si se adapta a nuestros intereses. También hay que evaluar en qué medida responde a nuestras preguntas. Si sabemos un poco acerca del tema podremos también evaluar si abarca todos los aspectos del tema y si es suficiente en cantidad y detalle para lo que necesitamos.

• La URL nos puede decir a qué ámbito pertenece la información. Para eso nos fijamos a qué dominio principal corresponde la dirección URL de la página: .com, .org, .gov, .edu, .net, .es, .uk, etc. Si lleva un subdominio .edu delante del dominio geográfico es un indicio de contenido académico (aunque no siempre se cumple, las direcciones de la Universidad de Buenos Aires son .uba.ar y no tienen .edu.

• Otro tema a tener en cuenta es quién hospeda y respalda al contenido que analizamos. Borrando con el cursor desde el final de la URL podemos llegar hasta el sitio web principal en que se encuentra alojada la página. Podemos informarnos también en los enlaces “Acerca”, “About”, etc. que a veces se incluyen.

• Leyendo o examinando la información tenemos que preguntarnos si es consistente, no contradictoria consigo misma. Esto se ve cuando al leerla encontramos afirmaciones sospechosas, dudosas, sesgadas o erróneas.

• En cuanto a la vigencia de la información es útil cuando se incluye fecha de su creación o actualización. La fecha de creación de la página no necesariamente es la de la información que incluye. Una buena pista es ver si se mencionan datos o noticias recientes.

• Para evaluar la fiabilidad puede ser útil ver si la página aporta datos cuantitativos avalados, tablas, anexos, etc. También si incluye referencias de otras fuentes o enlaces a otros contenidos para justificación/ampliación de la información. Hay que leer y detectar si se remite a experimentos, estudios o informes propios o a otra información.

• Nosotros podemos hacer nuestra propia evaluación de objetividad aunque sea un poco difícil, para ver si la información resulta ecuánime o tendenciosa, si se observan sesgos ideológicos o de otro tipo, o intención de hacer proselitismo. También si se nota que la información está organizada en modo de propaganda, y si la publicidad llega a afectar el contenido (porque es más importante que el contenido).

• El diseño de la página web y su apariencia pueden ser engañosos, hay que juzgarlos con cuidado, como un criterio independiente. Por lo general la información más seria tiende a estar bien organizada y presentada, aunque suele ser sobria.

• Es importante tener en claro ante qué “género” de internet estamos (página web institucional/personal, prensa, sitio para autopublicación de contenidos -Slideshare, Scribd, etc.-, foros, blog, wiki, red social, publicación científica en la red). Cada uno tiene sus propias peculiaridades y valor.

1 comentario:

  1. Silvia! qué nivel de detalle, muy claro y preciso. Si pudiéramos tener todo esto en la cabeza a la hora de buscar, nuestras búsquedas seguramente serán mucho más eficientes en cuanto a la relación con el tiempo invertido en realizar las búsqueda Genial! Laura

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